Precio más conveniente: Comprar en pozo suele implicar un valor inicial más bajo en comparación con una propiedad terminada. A medida que avanza la obra, el precio de las unidades suele aumentar, lo que genera una ganancia de capital desde el inicio. Financiación flexible: Muchas desarrolladoras ofrecen planes de pago en cuotas durante el proceso de construcción, lo que permite acceder a la propiedad sin necesidad de contar con el total del valor desde el comienzo. Posibilidad de personalizar: Al adquirir la unidad en una etapa temprana, es posible intervenir en algunas decisiones estéticas o funcionales, como elegir revestimientos, colores o incluso modificar la distribución de ciertos ambientes. Alta rentabilidad: Ya sea para alquilar o revender, los departamentos a estrenar suelen tener un mayor valor de mercado que los usados, especialmente si están ubicados en zonas con potencial de crecimiento.